Desde su inicio en la escena musical del DarkPsy a los 15 años, Damian Chalvignac se ha dedicado a crear una experiencia musical que trascienda más allá de la simple emoción de una pista de baile. Con su proyecto Ololiuhqui, Chalvignac ha creado un estilo característico que combina coraje y suavidad con texturas extravagantes y contrastes que oscilan de manera que llega a la experiencia introvertida y explosiva.

La música de Ololiuhqui es una amalgama de influencias y sonidos originales, creando un universo sonoro que es tanto único como coherente. Los BPM que utiliza Chalvignac en su música oscilan entre 150 y 195, proporcionando una energía fresca que anima a los oyentes a bailar y perderse en el ritmo. El tiempo máximo de sus presentaciones es de 3 horas, lo que le permite a Chalvignac experimentar con diferentes mezclas y estados de ánimo para crear una experiencia de sonido emocionante y dinámica.

Pero la música de Ololiuhqui es mucho más que una simple lista de canciones. Detrás de cada ritmo y cada sonido hay un proceso creativo intenso y meticuloso. Chalvignac se inspira en una amplia variedad de géneros y artistas, desde la música clásica hasta el rock progresivo, pasando por el jazz y el hip-hop. Pero también se inspira en la naturaleza y la cultura indígena, buscando en su música una conexión con el mundo natural y la espiritualidad.

A lo largo de los años, la música de Ololiuhqui ha evolucionado y se ha expandido, lo que refleja la evolución personal y creativa de Chalvignac. Pero lo que nunca ha cambiado es su compromiso con la creación de música auténtica y original que llegue al corazón de sus seguidores. Con su habilidad para mezclar coraje y suavidad, Chalvignac ha creado una experiencia musical que es a la vez emocionante y profunda, llevando al DarkPsy a nuevas alturas de creatividad y expresión.